Mejor que despertarse los sábados a la
hora de comer. Mejor que pasarse un domingo de invierno entero en el sofá
viendo una película detrás de otra. Mejor que un sábado con tus amigos. Mejor
que gastarte todos tus ahorros comprándote ropa. Mejor que reírse hasta llorar,
mejor que dormir un día entero. Más lindo que un atardecer en el mar. Así, así
de impresionante es tu sonrisa.