Nunca me pasó con nadie lo que me está pasando, pero parece que no alcanza con que te lo explique. No me crees, o no me queres, o no sé. Te enojas en vez de entenderme, y para caprichos ajenos no estoy hecha, estoy acostumbrada a ser yo la de los caprichos. Odio que te enojes así, porque me haces enojar a mi. No me contestas y me parece lo más inmaduro que podrías hacer, después me hablas porque "se te pasó la ira". La verdad no me parece que te estes manejando bien, yo tampoco eh, pero bueno, tengo 15 años, vos tenes 20.