miércoles, 11 de abril de 2012

Me acuerdo de cada no tengo hambre que dije, de cada vez que dije que ya había comido en otro lugar. No me olvido de todas las veces que lloro por comer, o cada vez que me arrepiento de tomar alcohol. Me duele no poder contra mi misma, no poder decir basta, ya está, ya fue. De no ver que me hago mal, de que hay miles de formas diferentes para conseguir lo que quiero. Me molesta que las personas que me quieren se preocupen por mi y yo seguir en la mía. Juro que todos los días pienso qué hubiese pasado si simplemente todo seguía como antes? 40 kilos más, pero las personas que quiero felices igual. 

Estás son la clase de cosas que necesito escribir en algún lado, y que, espero, nadie lea.